La interna radical me recordó que dejé colgada a Agnés Heller y sus necesidades radicales. Economía social Necesidades III (A cada quién lo que corresponda)

El alto contenido teórico y erótico de la interna radical mostrada por el diario Ambito Financiero

Si usted busca mi opinión política de coyuntura va muert@. No porque me crea   que  son nimiedades, sino porque el nivel de análisis y de información que se requiere para estos fines me supera ampliamente.

Así que me ocupo de imágenes, músicas y temas que no interesan a nadie. ¡Y que también me superan, pero no por ello amilanan mis ganas de entrarle! 🙂

La interna radical me recordó que dejé colgada la concepción de A. Heller  de necesidades en  unos post antiguos que se iniciaron con la inflación y con  la economía social como una opción estatal. Esa asociación generó una chorrera de reflexiones sobre la economía social y en un punto llegamos a las teorías de las necesidades (Maslow/Malinowsky/Max Neef). La palabra «radical» es la culpable de todas las reflexiones que siguen.

Está avisad@. Raje ahora que sabe que no habrá nada sobre radicales conchudos.

A. Heller plantea que no es posible separar la idea de necesidad, de un sistema de valores.  Las clasificaciones de necesidades tienen detrás un sistema de valores que las sustenta, a veces consciente, y otras no (Esto lo digo yo. Es necesario aclarar también que para Heller, las necesidades son siempre conscientes).

En la Crítica del Programa de Gotha, Marx decía que

«En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo y, con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; solo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: “A cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades.» Karl Marx 1875

Los comunistas  colectivistas toman este punto. Los anarquistas libertarios se oponen: «A cada uno según su mérito». Después se enchamigarán todos y  más dispué se cascotiarán.

El tipito habla de un post-comunismo, y la sociedad a la que aspiraba. No le digo que se haga marxista, ni anarquista, peronista, ni nada. Ni que al final del túnel está   la sociedad comunista, la socialista, la comunidad organizada peronista, la sociedad de los productores libres  asociados de Carlitos, ni ningún sucio trapo rojo, negro ni de ningún color. Ni que hay un túnel que te lleva inevitable y necesariamente a una terminal feliz cual subterráneo/metro teleológico.
Iremos construyendo las estaciones como podamos, como acordemos… no está en el destino el punto de llegada.

Declaraciones de Mario Llambías del 26/03/2011 publicadas por Tiempo Argentino

Como dijo el niño Silvio: «el sueño se hace a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes».

Pero Ud. algo tendrá escrito en su bandera/marulo. ¿Cuál es la sociedad a la que aspira, por la que lucha?….¿Cuándo premia a sus hijos?…

Cuando reta a sus hijos…¿Es porque  prestan su cosas o porque no lo hacen?… ¿Los prefiere limpios y callados o sucios y felices?…

Que no tiene hijos… ¡Me cagó el ejemplo! 🙂

Vamos con otra. Cuando el gobierno otorga créditos blandos a las empleadas domésticas para que se construyan una casa propia, ¿se alegra o le parece una injusticia total porque usted se rompió el culo trabajando y a los negros vagos la yegua populista les regala todo con la plata de los jubilados?. (de ser esta última opción, espero haberlo matado de asfixia con un párrafo largo sin puntos ni comas).

Si vamos bien o vamos mal se mide con una vara que no es la del índice de precios al consumidor, sino su escala de valores y el tipo de sociedad y gobierno que se imagina.

Esas acciones de la vida cotidiana presuponen su  sistema de valores y una idea de buena vida, de buenas personas y de sociedad futura. ¿La comunidad organizada de la que hablaba El Pocho?…La que sea. Si pinchó se lo bajó… si no… se jodió 🙂

Heller piensa que no hay que interpretar la consigna a cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades como “principio constitutivo” sino más bien como un “principio regulador” de la justicia distributiva, ya que si se reconoce a todas las necesidades por igual, pero no existen los medios para la satisfacción simultánea de todas, como suele suceder, entonces compete a los miembros de la sociedad el tomar decisiones acerca de las prioridades según normas y reglas de justicia política.

Agnes Heller.

Otro de los puntos a considerar, es el universalismo/relativismo. El universalismo supone una naturaleza humana común. El relativismo supone  una construcción histórica y social que inscribe valores y necesidades dentro de esa construcción.

Los seres humanos son únicos, y en este sentido no son iguales, no pueden ser igualados en otra cosa que no concierna a la búsqueda de la felicidad, es decir, la satisfacción de sus múltiples necesidades. Agnés Heller.

En la perspectiva helleriana el reconocimiento de todas las necesidades humanas resulta una  “idea reguladora” fundamental, porque sin ella no se puede efectuar el reconocimiento de la dignidad humana.

Es el sistema de valores el que tiende a clasificar a las necesidades como verdaderas o falsas. Desde mi sistema juzgo: «verdadera  es la necesidad de choripán, no de smartphon» .

Verdadera es la necesidad de  agua, no de vino… ¡andá a comer un chancho asado y  poné una jarra  con agua para tomar  y contame!.

Con base en este reconocimiento de todas las necesidades, Heller se opone a las categorías de “verdadero” o “falso” aplicadas a las necesidades, pues implican una confrontación entre necesidades reales e imaginarias. Toda distinción entre verdaderas o falsas necesidades, fundada en una teoría del fetichismo, presupone que la persona que juzga se coloca por encima de la sociedad. Y dado que las necesidades humanas son determinadas históricamente, no existe un criterio objetivo para dividirlas en “reales” e “irreales”.

El asunto se vuelve peligroso cuando es  un sistema social institucionalizado el que se arroga el derecho de hacer esta selección, como fue en el comunismo soviético.

Por consiguiente, todas las necesidades sentidas y formuladas conscientemente por los hombres y las hombras, y que desean satisfacer, deben ser consideradas como reales. Otro punto es si son todas «buenas».  Las necesidades de oprimir, humillar o explotar a los otros hombres y hombras, son bien reales y  no por eso  resultan aceptables.

Ahora bien, aunque se admita la validez de todas las necesidades y la legitimidad de su satisfacción, ésta última no se puede realizar de inmediato y a la vez.

“se trata de crear una estructura en la cual las fuerzas sociales que representan necesidades tan reales como las otras decidan en el curso de un debate democrático, y sobre la base del consenso, qué necesidades deben ser satisfechas primero” Agnes Heller en Marxismo y Democracia

Las necesidades se desarrollan, por contraposición a Maslow, por la continua superación de estadios históricos. La dialéctica de las contradicciones en cada contexto se supera por la transformación de la sociedad en nuevas etapas donde se lograrían satisfacer las necesidades plenamente, un «nuevo modo de vida» que supere de una vez por todas la estructura de las necesidades de la sociedad burguesa.

Agnés Heller luego se volverá postmoderna y renegará de mucho de lo planteado en Teoría de las Necesidades en Marx. Pero eso será otro día… que quién sabe cuando es 🙂

Por hoy estamos. Me quedé pensando en eso que dijo la minita de que los humanos nos igualamos en la búsqueda de la felicidad que implica la satisfacción de las múltiples necesidades y en el Pocho y la doctrina justicialista que busca la felicidad del Pueblo. Claro que con la lucha de clases no encontrará ninguna coincidencia.  No se asuste…no cometeré el sacrilegio de abandonar  la lucha de clases  y menos  hoy que estoy de paro, una huelga que le hacemos los empleados del estado al niño Scioli por aumento de sueldo.

Al final no le dije un carajo de los aportes concretos de Heller  a la teoría de las necesidades. Le prometo que la próxima vez que haya paro de ATE y tenga un ratito se lo escribo. Y si hace frío como hoy, irá con la receta húngara de goulash con spaetzle, que es un guisito de carne y cebolla con salsa de paprika y crema de leche (que puede reemplazar por pimentón y ají molido) y unos mini-ñoquicitos. ¿Por qué?… En honor a Heller, la húngara discípula de G. Lukács y al frío en el Hemisferio Sur.

 

Economía social VI La necesidad tiene cara de hereje II)

Habíamos quedado con la deuda de Max Neef y de Agnes Heller. Y acá las deudas se pagan religiosamente… Y más ahora que habemus papa sudaca, argento y peronista, (estamos cada vez más lejos de una ley del aborto)… Pero eso es otro tema.

¿En qué estábamos?…
Cierto. Las necesidades. Max Neef.

En Desarrollo a Escala Humana (1984) , junto con Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn, Max Neef distingue Necesidades, satisfactores y bienes económicos. Y adivine qué: Las necesidades son poquitas y universales, como en Malinowski. Y los satisfactores (instituciones de Malinowski) serían las construcciones culturales para satisfacerlas. Ya lo dijo el filósofo Sidartha Kiwi : «original es el que copia primero”.

Las necesidades fundamentales serían las ontológicas y las axiológicas

Las Ontológicas

Las axiológicas:

El tipo discute la validez del postulado neoclásico de las necesidades -lo recuerdo: para los neoclásicos las necesidades son infinitas y los recursos escasos y de ahí la necesidad de una economía- no  desde relativizar la pretensión universalista del homo económicus, sino desde afirmar, como hace nuestro polaco observador de tetas, que las necesidades son limitadas, aunque también universales.

Para Neef y compañía, así como las necesidades son limitadas,  los recursos son abundantes pero están mal repartidos (no son escasos como naturalizan los neoclásicos). Desde el cristianismo Max Neef también pudo  llegar a esa conclusión, que se postula en el marxismo.

Que las necesidades sean pocas y que los recursos sean abundantes pero mal repartidos estoy en un 100% de acuerdo. Encuentro problemitas para  en admitir la universalidad de un listado cerrado de  necesidades.

Universal significa que en todo tiempo y lugar,  todos los hombres y las mujeres de todas las culturas del mundo, tienen, tuvieron y tendrán esas mismas necesidades ontológicas y axiológicas, y que las únicas diferencias serán los satisfactores (en términos de Max Neef) o las instituciones (en términos de Bronislaw Malinoswski).

Sobre esta base conceptual se construye la propuesta de una economía a escala humana. Y aunque flojito de papeles para esa empresa, no está mal la propuesta.

Este no es un post sobre la obra de Max Neef. Solo me interesó comentar su posición respeto a las necesidades. Sus aportes en general son  muy interesantes.

Los cinco postulados de su propuesta economica (Economía a escala humana)

Le dejo su texto fundamental para que Ud juzgue.


Si se lo quiere descargar, acá va el enlace

Padre… he pecado. Mentí al truco. ¿Treinta y dos padrenuestros de penitencia?… Son güenas. Quería decir que mentí cuando le prometí Agnés Heller. Otro día.

Una yapa de Max Neef

Economía Social V (la necesidad tiene cara de hereje I)

Si Ud siguió mis post sobre economía social  está perdid@, confundid@. Entonces vamos bien. 🙂

Un recuento no vendría mal para luego poder volver a dispersarnos.
Hasta ahora: La Economía Social:

  • No es economía popular.
  • Está en construcción y alude tanto a prácticas,  experiencias concretas como a proyectos económico-políticos.
  • Es una decisión de producir, consumir, distribuir, acumular de manera singular.
  • Se basa en la producción ampliada de la vida.
  • Es el resultado de una elección.
  • Tiene un componente de solidaridad orgánica a lo Durkheim.

Una vez hecho el recuento, dispersémosnos nuevamente.

«Rico no es el que más tiene sino el que menos necesita»

Esa frase popular, tan del sentido común, está instalada en el lenguaje cotidiano pero no en la vida práctica.

«Necesito una tablet», «necesito comer algo», «necesito un smartphone»,  «necesito tomarme un tiempo para mi», «necesito una cartera Vuitton», «necesito unas Nike», «necesito una Barby», «necesito un abrigo», «necesito un consejo», «necesito tinta para la impresora», «necesito un valium», «necesito talco pédico»… Pere un cacho …necesito un trago.

El problema de las necesidades y la economía … y la economía social.  Sobre eso habrá que bucear por la teoría de las necesidades de Malinowski,  Maslow, Max Neef,  Agnés Heller. (Y no me meto con Lacán, porque no me da el piné)

En 1943 Maslow escribe Una teoría sobre la motivación humana. Allí propone su pirámide de necesidades.

Abraham Maslow Psicólogo humanista estadounidense 1908-1970

En la medida en que se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades  más elevados (parte superior de la pirámide).

Algo así como que primero lleno la panza y luego filosofo. Difícil de rebatir. Pero no imposible 🙂

Fíjese un cacho: una pirámide donde solo los que satisfacen las necesidades primarias, se le generan nuevas necesidades… y allí arriba son pocos los autorrealizados inteligentes, desprejuiciados.

Una pirámide que representa la estratificación social. Los pobres no están para pensar ni para cargos que requieren altas competencias.

Apenas un año después, Bronislaw Malinoswski  escribe Una teoría Científica de la Cultura.

Malinowski más joven,  al palo entre los trobriand durante la Primera Guerra Mundial, elaborando la teoría de las necesidades reproductivas como básicas, mientras finge  que aprecia la bijouterie, pero le mira las tetas.

Archi-resumido se puede ver que hay un listado de necesidades universales, primaria y secundarias, y que cada cultura  crea instituciones que funcionan para resolverlas. (Paradigma funcionalista).

Malinowsky plantea que las necesidades son invariables; es decir, las mismas en todas las culturas y en todos los periodos históricos. Las necesidades elementales o primarias serían  propias del organismo humano (biológicas) que van a ser universales o pre-culturales.

El tipo plantea que la necesidad no se crea por el contacto con la cultura o por el aprendizaje en una sociedad. Lo que se crea es la institución que la resuelve. ¿Necesidades invariables, universales y pre-culturales?…Mnmmm dijo la nutria… y se tiró al agua.

Malinowski sigue con las necesidades secundarias o derivadas, que  surgen a partir de vivir en sociedad. Son necesidades inducidas por los procesos de adaptación del hombre dentro de su sociedad, que impone además un nuevo tipo de determinismo sobre los comportamientos en los hombres (creencias, normas, etc..) y que caracterizan a la cultura como un medio secundario vital (siendo el medio primario natural del hombre la naturaleza).

La cultura sería para el catador mamario,  una estrategia adaptativa, o colección de instituciones para enfrentar los stress.

¿A cuento de qué Maslow y Malkinoswski?… Estas ideas muy rebatidas y rebatibles, a pesar de su poderoso sentido común, serán la materia prima sobre la que se edificará la teoría de Max Neef de una economía a escala humana, uno de los importantes aportes a la Economía Social.

La próxima de Economía Social: Max Neef. Y también mis críticas (poco importante)  y los aportes de Agnés Heller que son lapidarios con estas posiciones respecto de las necesidades.

Economía Social IV. El amor y el espanto.

La última vez de Economía Social nos quedamos con la solidaridad y el cristianismo. Insisto porque el componente solidario asociado al amor al prójimo empioja todo.
Se podría mencionar la reciprocidad como concepto y práctica entre grupos humanos, pero hoy agarraré por otros barrios.
En los post de Economía viejos, definí a los factores económicos o fuerzas productivas:
Fuerza de trabajo, medios materiales, tecnología (en el sentido de saber hacer o background), financiación, gestión (en el sentido de sistema para tomar decisiones).
Luis Razeto, toma un sexto factor en consideración económica: el factor C. Y le pone C por: compañerismo comunión, compartir, comunidad, compromiso, carisma, colectivo. Es solidaridad convertida en fuerza productiva.  El factor C . (Pinche y se lee la desgrabación de una charla de Luis Razeto con pequeños productores en Barquisimeto, en 1997)

Tranquilamente le podría haber puesto C por Cristianismo, que es uno de los lugares de donde abreva. (Y no lo digo desacreditándolo)
Después le haré mis observaciones renegadas. Sigo con Razeto. El tipo caracteriza a distintas economías  basándose en pares de factores económicos:
La economía capitalista se basa (siguiendo a Razeto) en el par Financiación/Medios materiales. No es que los  demás factores no cuenten, sino que es el par preponderante.

Una economía centralista basada en el par Tecnología/Gestión.


Una economía de la solidaridad basada en Fuerza de trabajo/factor C.
Y allí está la definición: la economía de la solidaridad tiene como componentes definitorios a la fuerza de trabajo y al factor C.

Es de una simetría tal que da lástima criticar.

En estas ideas, el Estado a diferencia del Rey Midas, caga todo lo toca. Una idea que cala hondo en muchas organizaciones de base que se constituyeron  a partir de los huecos que fue dejando la ruptura del Estado de Bienestar. También alimentado por las ideas neoliberales difundidas a partir del Consenso de Washington: estatal como lento, corrupto, dirigido, ineficiente, intervencionista. En el paradigma de la autogestión, el Estado sobra. Y no digo que no haya responsabilidad en el mismo Estado en la construcción de este imaginario.

La  privatización de lo estatal/público en manos de fundaciones y mal llamadas ONG’s (Cáritas, por poner un ejemplo: digo mal llamadas no gubernamentales, porque en tanto el Estado delega fondos y recursos económicos para que hagan lo que le corresponde al Estado, entonces son organizaciones que gobiernan).

Volvamos a la solidaridad, o mejor dicho, al Factor C de Razeto.

No niego que la solidaridad pueda ser un factor económico. Razeto ve a la solidaridad como una práctica habitual de los pobres. Yo no idealizo a la pobreza.
Muchas empresas capitalistas lo entienden de manera instrumental: «porfi, pasame una cuarto de libra y queso», y se transforman en empleado del mes.

El Toyotismo y en general la producción postfordista pone a la camaradería y la solidaridad como factor al servicio de la productividad. Mirando pa juera de la empresa, también hay solidaridad. Allí surgen  los matrimonios por conveniencia, o unión transitoria de empresas.

En lo que coincido es en la centralidad del factor fuerza de trabajo. La economía social tendrá al trabajo como eje vertebrador.

No es la civilización del amor, y la economía de la solidaridad lo que estoy imaginando como el fundamento de una economía social. ¿Y el rol del Estado en al Economía Social?… Otro día.

Si,  la economía social es solidaria. Ya veremos cómo.

 Ya lo dijo el viejo en su poema a Buenos Aires

Antes, yo te buscaba en tus confines
Que lindan con la tarde y la llanura
Y en la verja que guarda una frescura
Antigua de cedrones y jazmines.
En la memoria de Palermo estabas,
En su mitología de un pasado
De baraja y puñal y en el dorado
Bronce de las inútiles aldabas,
Con su mano y sortija. Te sentía
En los patios del Sur y en la creciente
Sombra que desdibuja lentamente
Su larga recta, al declinar el día.
Ahora estás en mí. Eres mi vaga
Suerte, esas cosas que la muerte apaga.
Buenos Aires
Y la ciudad, ahora, es como un plano
De mis humillaciones y fracasos;
Desde esa puerta he visto los ocasos
Y ante ese mármol he aguardado en vano.
Aquí el incierto ayer y el hoy distinto
Me han deparado los comunes casos
De toda suerte humana; aquí mis pasos
Urden su incalculable laberinto.
Aquí la tarde cenicienta espera
El fruto que le debe la mañana;
Aquí mi sombra en la no menos vana
Sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
Será por eso que la quiero tanto.

Jorge Luis Borges.

La naturaleza del lazo social.

Si el espanto le suena mal, pongamosle … a ver…

¿la internecesariedad?… Mnnnn…. ¿La complementariedad?…  Por ahí vamos. Y bueno… también el amor si usté quiere, qué caranchos!

Economía Social III

En las entradas la mirada de (nosotros/los otros) de este blog, una de las características que destaqué, es que la representación de la realidad está influenciada por el deseo, por el lugar que se ocupa en la estructura social, por la intencionalidad. (Federico mandó una buena foto de eso)
Con la economía social ocurre lo mismo. Algunos teóricos ven experiencias de economía social por todos lados: los vendedores de panchos, las cooperativas de trabajo, las empresas recuperadas por los obreros, etc, etc, etc. Necesitan que su teoría tengan carnadura y ven lo que no hay, o le ponen condimentos deseados a experiencias de economía popular. Y no digo que ninguna de esas experiencias no lo sea, y tampoco soy yo el censor de la pureza. Hay muchas experiencias aisladas. Solo que hay que distinguir a un vegetariano de un indigente que come fideos y no ve un cacho de carne ni en sueños. Aunque ambos tengan objetivamente un régimen alimentario exento de proteína animal, vegetariano es aquella persona que pudiendo comer carne, por motivos ideológicos/religiosos toma la opción vital de no hacerlo. Pudo elegir.

Recuerdo una entrevista que le hacía a un tomador de crédito de un programa provincial de microcrédito. El tipo había sido distribuidor de vino en damajuanas. Entregaba damajuanas  y tomaba pedidos viajando en un  camión de la empresa distribuidora por distintas localidades de la provincia.  Cobraba sueldo fijo y porcentaje de las ventas. Cuando la empresa quebró lo indemnizaron pagándole con el camión. Al tiempo quedó parado porque no lo podía mantener.

El microcrédito le permitió repararlo y cambiarle las cubiertas. Ahora laburaba cortando árboles y vendiendo la leña. Yo quería escuchar loas a trabajar sin patrón, y el tipo solo añoraba la época de empleado. La entrevista se la hice un día de lluvia. El tipo me dijo:

Te imaginás hoy estamos hablando porque llueve y no puedo salir. Si tuviera el sueldo fijo, me quedo calentito toamando mate porque sé que a fin de mes cobro el sueldo. Pero ahora llueve, no puedo salir, se me rompe una cubierta, no puedo salir, me enfermo, no puedo salir. Y yo cobro si laburo. ¿Sin patrón?…¡Mi patrón es la olla!….

No niego las ventajas del microcrédito ni estoy en contra de esa herramienta financiera. Solo que no redunda mecánicamente en organización colectiva, poder popular, solidaridad, organización de base, ni economía social. Es una mano para salir del paso. Bienvenida. La autogestión individual es economía popular. La economía social es otra cosa. Implica organización, construcción colectiva.

Las empresas recuperadas tienen que luchar contra los intereses de los dueños que vaciaron las empresas, contra los poderes locales, contra el vacío legal, contra su propia inercia y experiencia vital que implica que los patrones deciden y que  son los dueños de los medios de producción, y  los obreros acatan y solo son los dueños de su fuerza de trabajo. Lamentáblemente hay muchos ejemplos de empresas recuperadas por sus trabajadores que ni bien tienen la oportunidad de crecer, reproducen lo que criticaban: un grupo de vanguardia decide sobre los excedentes y se restablece el llamado costo patronal (*).  .

Inodoro Pereyra decía que los caranchos son carroñeros porque nadie les convida una buena comida.


La economía social no es el estadío de tránsito hacia otra economía de primera categoría, ni una resignación a la carroña. Es una opción vital. Y puede ser una economía de escala si forma parte de una estrategia nacional, como ocurre en Brasil. Tal vez la carroña sea la sociedad de consumo.

El componente básico de la economía social es la elección.

Decía en post anteriores que la economía social tiene varias vertientes. Rastrando, es re-vieja.

Una de las modas (ahora en desuso por la crisis) son las tiendas del comercio justo. Especies de boutiques en la que se asegura que todo lo que allí se vende es producto del respeto a la naturaleza y que los trabajadores que produjeron esas mercancías no fueron explotados y que el precio que se paga es justo. (como al amigo del viejo de Noemí – que le decían Ni más ni menos -y  se llamaba Justo). Desconfíe  de las rubias tetonas de labios con colágeno que  ofrecen ponchos mapuches. ¿De dónde sale el salario de la vendedora, el alquiler del local en el Shopping?… ¿Cuánto de lo que sale el poncho va a parar a la mapuche que esquió, lavó, hiló, tiñó y  tejió?.  No son todas truchas… pero desconfíe, pregunte, indague.

¿Di ande viene lo del precio justo?… En la Summa Teológica Santo Tomás  habla del justo precio, una idea que como se ve es pre-capitalista (del Siglo XIII). El tipo no desarrolla una teoría precisa ni un método para estimar el precio de manera justa sino a criterio de los hombres probos y de acuerdo a lo estipulado en cada  región. Lo que si se aclara, es  que cobrar por encima del 50% o comparar por debajo del 50 % del precio justo es pecado. (como también lo es cobrar interés por prestar dinero).

Y… ¡¿Qué te puedo cobrar?!…Por ser vos te lo dejo a…mil cuatrocientos cincuenta pesitos

El consumo responsable deposita en el comprador la responsabilidad. No es del todo justo con el bolsillo flaco. Uno apela a lo más barato y esa es una estrategia de supervivencia.

Las ideas cristianas siguieron influyendo en la construcción teórica de la economía social. Pero Ud sabe que la Iglesia es como el Peronismo: «los hay combativos, los hay contemplativos, los hay ortodoxos, los hay heterodoxos». No es lo mismo el rol de Cáritas Argentina que Cáritas Brasil.

Cuando la iglesia argentina ayuda a los pobres, no espera que salgan de pobres, porque en la pobreza encuentran virtud. La economía social es vista desde allí como la solidaridad entre los pobres y el cielo como premio a la limosna.  La solidaridad como inherente a la pobreza. Y a pobreza también como algo natural.

Ni la pobreza es natural, ni los pobres son naturalemente solidarios, buenos y sencillos.

Convendría discutir el componente solidario en la economía. Y salirnos de la fe, la esperanza y la caridad como paradigma.

Le pongo un ejemplo de solidaridad orgánica a lo Durkheim: el régimen de coparticipación federal. Es un régimen solidario.

¿Qué significa esta solidaridad orgánica?… Que todas las provincias remiten a la Nación y esta redistribuye para que las provincias ricas no naden en la abundancia y las pobres no se caguen de hambre.  Tenemos que discutir las características de este régimen porque es muy perfectible. Pero es solidario orgánicamente: no es la colecta más por menos. Hay una ley que ordena: Scioli es solidario con Formosa,a aunque no lo sepa, está obligado a serlo. La ley y la gobernabilidad lo obligan. El tipo quiere cambiar la orgánica, pero un nuevo régimen cambiaría los porcentajes de solidaridad, pero seguiría  siendo solidario orgánicamente. En cambio, la solidaridad mecánica (siguiendo a Durkheim) es el acuerdo cara a cara sin que medie la ley.

En otro post se me ocurre que podría servir revisar el Factor C de Luis Razeto, su economía de la solidaridad. Para pelerme nomás 🙂 y las teorías de las necesidades.

La idea con estos post no es que a Ud. le quede claro qué es la economía social. Quiero que quede despanzurrado, porque es una idea en construcción, es un deseo, es un montón de prácticas dispersas, es un proyecto (o varios). Y siendo todo eso, no es posible pretender que pudiera ser abarcada en una definición tal como lo ambiguo y amplio de ser la reproducción ampliada de la vida

(*) El costo patronal es un concepto que surge a partir de las experiencias de las fábricas recuperadas por sus trabajadores luego del vaciamiento industrial en los noventa. Se construye contraponiéndose al llamado costo laboral. Implica el cálculo de lo que le cuesta a una empresa tener patrón: los salarios gerenciales,  viáticos,   comisiones, pago a consultoras, etc.

Economía Social II

Salvo que uno sea víctima del fetichismo de la mercancía y crea que a la guita (el dinero) la cagan los perros, o que se puede poner la plata a trabajar en el banco, la economía es social; o sea,  depende de las relación entre los hombres (y las hombras ,Charly). El capital es una relación social y las mercancías no toman vida propia como en Matrix.
Pero economía social no se refiere a destacar o señalar el aspecto socio-relacional de la economía, es otra cosa.

Una primera definición provisoria, afanada a José Luis Coraggio, es que la economía social es una economía que se funda en la reproducción ampliada de la vida.

¿Qué carajo es la reproducción ampliada de la vida?.

Una reproducción simple implica en que el círculo económico producción, circulación, consumo, acumulación,  permite generar valores que alcanzan solo para volver a poner el sistema en funcionamiento.

Una reproducción ampliada, genera un excedente que supera esa simple reproducción.

El capitalismo tiene como lógica la maximización, la reproducción ampliada del capital.

De acuerdo a esta provisional definición de economía social, el valor al que se aspira reproducir de manera ampliada es la vida.

Otra manera de plantearlo también es el buen vivir. Al buen vivir se proclama  tanto Bolivia como en Ecuador. El niño Correa lo escribe en su programa  de gobierno 2013 – 2017. Ud en la reputísma vida pincha los hipervínculos de los blogs. No le digo que si se anima a hacerlo lea un pdf entero sobre la plataforma política de un presidente Ecuador, porque ud no lo hizo nunca, ni de Argentina. Capaz que antes sí, pero ahora   sabe la distancia que hay entre la práctica política, los hechos y la ejecución. Aunque más no sea mire de manera oblicua (como hacen los alfiles) los títulos… algunos títulos.

 La vida. Ahí ta el problemita. ¿Qué es ampliar la vida?… ¿A qué vida aspiramos como colectivo?… ¿Qué valores se ponen en juego?… ¿Quiénes son los autorizados para decidir?…

Hay una dimensión relacional humana (relaciones de producción) y  una dimensión relacional con el planeta (Gaia pa Uropa, Pacha Mama pa los sudacas): solo le digo que si progreso es que el hogar de cada habitante del planeta  (siete mil millones de habitantes) tenga  un aire acondicionado, se necesitarían tres planetas Tierra para sustentar la materia prima necesaria y no estoy contando la contaminación ni el calentamiento que se produciría.

¿La economía social es la descripción de una realidad observable, es el nombre de una idea/propuesta?…

Cientos de miles de preguntas. Algunas poquitas formuladas y ninguna respuesta. (me refiero a este post de este blog)

En la idea de economía social confluyen  cooperativistas de tinte socialista, movimientos cristianos de base, economistas marxistas heterodoxos, banqueros que ven en los pobres a buenos pagadores, movimientos sociales de pueblos originarios, discursos políticamente correctos, anarco-ecologistas, instituciones que se llenan los bolsillos capacitando sobre economía social pero sin practicarla, etc, etc etc.

Como es obvio, el tema da pa más. Volveré como  las golondrinas.

Hablando de golondrinas… aquellas que apretaste con la banderola, esas volveriolan.

Un francés en Malí (ya no engaño a nadie). Economía social I

Ud. ya sabe que el título y el contenido no tendrán relación. Es que de lo planteado al principio de la zaga, quedó pendiente la economía social.
Este tema es complicado de entrarle, porque bajo ese nombre se amparan diversas tradiciones existentes, proyectos políticos, deseos y confusiones. Y tiene muchísimas variantes, que a veces son sinónimos y otras no: economía del trabajo, economía solidaria, socioeconomía, economía a escala humana, economía popular y solidaria, social y solidaria y más que se me escapan ahora.
Voy a empezar con uno de los términos: social. Social está adjetivando a economía. Es una advertencia: no es economía a secas: ¡Esta es social!…
¿Y para qué se usa este término como adjetivo en Argentina? (y otras regiones también):
«Asistencia social»; «Tarifa social»;  «Garrafa social»;   «Monotributo social».

Social quiere decir PARA POBRES

Mala idea entonces ponerle social a economía: siguiendo esa lógica, es una economía para pobres.

¿Por qué mala idea?… Porque la propuesta a la que suscribo  reniega de ser una economía para pobres, sino un modo diferente de producir, circular y consumir.

A veces se la confunde con la economía popular. Y aquí,  para no perder la costumbre, nos desviaremos. En la tercera parte de El francés definí hogar y  Unidad Doméstica.

Los integrantes de la UD tienen energía, capacidades , disposiciones, para el laburo; por su edad, por su formación, por su vitalidad. Ese conjunto de disposiciones, saberes, energías, corresponden a su fondo de trabajo.

La economía popular es la economía que se basa principalmente en el fondo de trabajo de las unidades domésticas. Popular no está tomado aquí en el sentido gramsciano de contra-hegemónico. (Entonces, tampoco  es muy feliz el término popular para la descripción de esta economía).

Es una economía que no vive de rentas ni  de intereses. Es una economía atomizada, inorgánica, basada en el trabajo de sus miembros que tiene por sentido y finalidad sobrevivir, parar la olla.

– ¿Y usted cómo se gana la vida?- – ¿Ganar? ¡De casualidá estoy sacando un empate!- -¿No andará mal de la vista, don Inodoro?- – Puede ser…Hace como tres meses que no veo un peso-

Uno está tentado a pensar que esta  economía sí estaría más cerca de ser una economía de los pobres, aunque sería incorrecto definirla así, porque su rasgo distintivo  no es el sector ni el monto de ingresos, sino a la fuente de  sus ingresos: el fondo de trabajo. Tampoco es la formalidad/informalidad (estar en blanco o en negro) lo que la define. Sus integrantes pueden ser asalariados, laburantes por cuenta propia que ofrecen bienes y/o servicios al mercado. El punto está que viven si laburan.

Es fácil ubicar allí a los vendedores callejeros, los trapitos de las esquinas, los remiseros.

Foto: El Sudaca Renegau. Licencia CC 2.0 La vendedora de chipá.

Pero… ¿Un profesional que labura en investigación para el Estado y le paga a una señora para que le cuide los pibes, pertenece a la economía popular?… Si, en tanto come ella, su hija y la señora que limpia, si a ella le pagan el salario. Si deja de laburar, a la mierda su alquiler, a la mierda la empleada. Su economía se basa en su fondo de trabajo y nada más. Si su principal entrada fuera  la renta del campo, o el alquiler de sus departamentos de la costa, aunque laburara,  no sería un miembro de la economía popular. Los límites son fronteras porosas. El punto está en la fuente de ingresos: su recurso es su saber, su energía, su disposición para el laburo.

Pues bien. Avanzamos. Economía social es un concepto al que social le queda mal porque pareciera una economía para pobres. Bien ahí. Tampoco es economía popular, o sea la economía que se basa principalmente en el fondo de trabajo. Estamos encaminados… ¿Y qué catzo es entonces la economía social?….

Autores, tradiciones, propuestas, experiencias locales…Otro día. 🙂