Hipertextos III

Cuando recién comenzaba este ecléctico blog, lo primero (o segundo)  que hice fue escribir algo sobre los sténciles de La Plata. No tenía un repositorio para guardar archivos  tipo Dropbox,  Ubuntu One,  o una cuenta en Picasa, y tampoco me había dado cuenta que se podía poner una fotografía enlazando su dirección web. Así es que subía directamente la imagen al blog. Calculé por el peso de las imagenes que pronto el espacio que me daba WordPress se acabaría.

Luego descubrí la posibilidad de escribir hiper-enlaces a otras páginas web. ¡Eso era la alternativa ideal!… Los mandaba a chusmiar cosas a blogs y yo me ocupaba del texto. Así nació la idea de «hipertextos«. Un texto algo anodino o casi naif, que cada tanto tenía una palabra que era el hipervínculo a la nota, foto, música  de la que quería dar cuenta. Una historia tonta, con trasfondo político denso. Un contraste deliberado que exigía lectura entrelíneas, o más bien, el trabajo de pinchar un hipervínculo.

Poco después fui enchamigándome con WordPress y sus posibilidades. Así, el proyecto hipertextos, fue abandonado.

Esas entradas al blog no pagaban nada. Sin comentarios y casi sin visitas. Luego me di cuenta que ocurría lo que a mi me pasa. Cuando entro a un blog por primera vez hago una lectura diagonal (como hacen los alfiles) y no  voy tras hipervínculos. Menos si la historia que cuenta es tonta, y muchísimo menos si no tienen imágenes.
Pero, hipertextos es una creación que me gusta. Y si nadie entra, ni comenta, no importa. Hay allí una colección de cosas que descubrí,  que quisiera recordar y que no tienen ninguna relación entre sí. ¡Y que retomaré!

Hipertextos III

-Mirá Julia. Vos no me entendés… ¡A veces pienso que nadie me entiende!.-

-Sabés lo que pasa Zoe, que vos sos muy complicada.-

-Dejame de joder.-

-¿Te estás por indisponer?…-

-No ves que al final sos una machista de mierda. Si me enojo es que estoy por indisponerme. Sos patética y previsible.-

-Ta bien. Cambiemos de tema. Salgamos a caminar, tomemos unos mates en la placita.-

-¡Casi me dejo engañar!… Vos lo que querés es jugar en el bingo que está enfrente.-

-¡Nada qué ver!… Hoy estás imposible Julia. Quedate tirada horizontal, que se te va a caer el culo. Me voy sola.-