Esto lo hizo Cristóbal Reinoso. (El Negro Crist).
No hay nada que se pueda escribir al respecto. Su arte es tan contundente, tan tierno y a la vez crudo, que las palabras sobran. Le escribí para avisarle que se lo robaría, pero desde la muerte de su amigo Caloi, su blog está en silencio. Amenacé y cumplí. Un delito agravado por el vínculo. (por el hipervínculo a su blog, clickeando en su obra)
Pensé en Carito, de Tarragó-Gieco. No…va «tristeza», del Chango Spaciuk.
Lo triste es que desde cierta postura religiosa no se ve allí una niña sino una incubadora con patas. Que debe ser madre, quiera o no.
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Yo no encontraba las palabras, pero por suerte está Ud. Gracias 🙂
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